domingo, 4 de julio de 2010

Formación periodística en la juventud excluída



Quiero leer a Gorriti, pero no puedo. No me alcanza para poder comprar un Caretas. Quiero leer a Martha Meier, Jaime de Althaus y a Mario Vargas Llosa, pero no me alcanza para comprar El Comercio, menos los domingos. Me interesaría leer las entrevistas de Fernando Berkemeyer o a Claudia Doig en Cosas, pero no me alcanza tampoco. Cómo adoraría poder leer Hombre, tampoco la hago. Amo la revista Etiqueta Negra, pero se me es casi imposible conseguirla.

Cuento esto porque me pongo a pensar que existen trabas que existen y seguirán existiendo, para futuros periodistas. Conozco personas que quieren ser periodistas -algunos estudian, otros no puede por falta de dinero- que a las justas pueden comprar un Peru.21. Puede parecer impresionante, pero es cierto. Tal vez, hasta existen personas que no se han puesto a pensar en esto.

Los más "connotados" periodistas escriben en los diarios más caros. Y digo "caros" porque para algunos comprar Peru.21 es súper tranca. Cada periódico tiene su línea, su camino, por donde va, su camino seguro, su ideología, y esa es la que transmite.

Una persona que quiere aprender más acerca del periodismo, busca por todos lados poder aprender. Ya sea leyendo diarios, revistas, libros, etc. Pero, ¿de qué sirve, simplemente, por ejemplo, leer sólo Perú.21? De hecho, se puede aprender mucho de un diario, sobretodo si tienes a una persona escribiendo ahí como Patricia del Río, pero, como digo, un diario sigue una línea, muy distinta a la de otros.

Es como si quisiera ser escritor y sólo leyera a Alonso Cueto. O como si quisiera ser cronista, pero sólo sé acerca de Judith Torrea. O, tal vez, como si quisiera ser entrenador de una selección de fútbol, pero sólo sé estrategias de defensa. O, de repente, como si en un país sólo se sepa acerca de la izquiera, ¿qué sería? Se necesita varias ideas, distintas, refutadas y refutables o que no se puedan refutar. Me sirve, pero es como si pusiera una pieza en el rompecabezas.

Exite una descompensación increíble, hasta incalculable. Así como existen en el Perú personas en lugares recónditos, y no tan recónditos, que son manipuladas y que piensan que la ideología subversiva es la única solución para que sean escuchados, donde, por lo tanto, concluirán que es necesario armarse contra el Gobierno o la sociedad centralista (Lima), así, también, en un sentido, son manipulados futuros periodistas. A sabiendas o no de quienes lo promueven.

Gracias a Dios, puedo leer a pensonajes como Patricia de Río, pero, pienso, ¿es suficiente? Quiero tener ideas de diversos puntos. Quiero ser periodista de investigación, ¿cómo hago para leer a Gorriti? Quiero escribir libros, ¿cómo hago para leer a Mario Vargas Llosa?, ¿cómo puedo apreciar la acción que hace Hildebrant con su semanario? ¿Cuándo podrá salir un diario en el que escriban los mejores o "los mejores" y que cueste, no sé, 50 céntimos? Porque, claro, de qué me sirve leer una basura como El Trome o El Chino, ¿de qué?

Para algunos, formarse es más duro para otros. ¿Cómo podemos ayudar en ello?

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