Quisiera contar algo. El conocido “derecho de piso” me está desesperando cada vez más; el aburrimiento en la universidad aumenta precipitadamente (Dios bendiga Lenguaje); tengo que preparar un taller de periodismo que daré y las ideas son muchas, no las puedo controlar; me está conmenzando a gustar una amiga (ojalá no lea esta entrada porque sería el fin de mi plan, pero, creo que de todas maneras lo leerá; pero vamos con fe), pero el miedo al rechazo me consume, parece inevitable; mi MP4 me ayuda, a veces, a estar tranquilo; quiero leer, pero mi cuerpo no me deja (termino destruido); mi RPM infinito y mis 300 sms que incluye el plan de mi contrato generan paz en mi interior; quiero asesinar a mi jefe, pero es mi amigo, es como mi papá; quiero conversar con alguien para desahogarme; estoy estresado, tenso; tengo muchos sueños, que haré realidad, muy pronto, pero, por lo pronto: seguiré aprendiendo en CPN Radio y estudiando en la USMP, haciendo mi blog (transtornobsesivo.blogspot.com) conocido a través del monstruo de Facebook (El balcón de la Catedral) y la locura de esta carpeta virtual; también tengo que contar que me tengo que pelear todos los días con los cobradores de la “S” porque, los malditos, me quieren cobrar s/. 1.40, no puede ser pues, soy universitario, es s/. 1.20 (bueno, me vengo peleando con ellos desde tercero de secundaria, cuando resién comencé a movilizarme en micro, así que estoy un poco acostumbrado, pero, créanme, no sirve de nada, la misma vaina es.
Es hora de irme. Son las 23:45. En veinte minutos escribí esto. Por cierto, borré algo que había escrito al inicio. No servía. Y se me vino la idea de expresar lo más profundo de lo que siento ahora. Aunque tengo que confesarles que sólo les estoy contando cómo es la fachada de lo que realmente es una mansión. Bueno, quédense con la intriga. Especialmente de quién me gusta. Así comienzo mi recorrido por LaMula.pe. Pido un brindis por ello (aunque no tomo): ¡Salud!
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