lunes, 30 de noviembre de 2009

REALIZACIÓN NO CONFORMISMO

El día de hoy(viernes 27 de noviembre) he leído un artículo en el diario Perú.21 en el cual se nos informa sobre la identificación de 19 bandas de pandilleros en el Centro de Lima y un programa que la Alcaldía de Lima está ejecutando para alejar a los jóvenes de estos grupos vandálicos. En este, el subgerente de Seguridad Ciudadana de la Municipalidad de Lima nos da a conocer lo que viene haciendo su oficina: captar a los líderes negativos, ofrecerle asistencia psicológica e instruirlos en alguna ocupación, como carpintería, albañilería y electricidad, entre otras.

Me parece muy interesante la propuesta dada por la Municipalidad, que como es obvio (ojalá) ha debido ser una decisión tomada por varios especialistas de las diversas profesiones competentes con este asunto que nos perjudica a todos: el pandillaje. Pero, hasta ahora, hay algo que no me queda muy claro, me trae dudas, hace que no me convenza del todo la posición de la Municipalidad: ¿por qué es que ofrecen instruir ciertas en ocupaciones, como la carpintería, la albañilería y electricidad, en lugar de ofrecer una carrera universitaria a aquellos que no tienen para pagar una, nisiquiera una nacional? ¿Por qué darles el paso a seguir ciertas ocupaciones, las cuales, como bien sabemos todos los peruanos, no genera mucho trabajo en nuestro país, y si genera, la remuneración no es digna de una persona humana.

Si a uno de esos jóvenes perdidos en la nada, buscando por lugares equivocados cómo ser felices, le ofreces instrucción en una de esas actividades, si piensa, dirá que sí. Pero ese "sí" va a ser un "qué más me queda". Porque es cierto...¿qué más le queda? Si eso es lo único que le ofrece el Estado encargado de ayudarle, tanto psicológica como económicamente, ¿qué puede hacer? En cambio, existen muchísimos jóvenes que piensan más aún y probablemente, y eso lo espero, y más espero, aún, que el Gobierno lo escuche, un chico se pare al frente y diga: "En lugar de ofrecerme instruirme en esas profesiones que no quiero y que no me van a dar nada de plata, ¿por qué no me brindan una carrera universitaria?". Dios quiera que suceda eso.

No todos los jóvenes somos iguales. Cada uno tiene ciertos dones, capacidades y habilidades distintas a las de otra persona. La propuesta de la Municipalidad es instruir a TODOS, es decir, a más de 1000 jóvenes, contando solamente a integrantes de pandillas de niños y jóvenes entre 12 y 17 años de diversos colegios, como bien dice en el artículo: Nuestra Señora de Guadalupe, Héroes del Cenepa, Juana Alarco de Dammert, Simón Bolívar y Sánchez Carrión, entre otros. Por lo tanto, esta propuesta está incompleta, por no decir que no sirve. Porque de qué sirve que instruyan a masas de niños y jóvenes adentrados en la violencia juvenil con actividades que o bien en algún momento se aburrirán de esta como que, también, podrían, simplemente, dejar de lado, o hasta, por no responder a su realidad, a su verdadera realización como persona humana que es, vuelva a lo mismo de antes: la perdición.

Esto, a lo que me refiero, se le puede preguntar a cualquier psicólogo, antropólogo, sacerdote, etc. Cada persona está llamado a algo particular, para lo cual tiene ciertos dones, capacidades y habilidades. Por lo tanto, designarle qué hacer una masa de niños y jóvenes como gritándole "¡usha!" al rebaño de corderos, no es la solución.

Tantos miles de jóvenes, y otros que ahora son, ya, personas mayores perdidas en la nada porque desde jóvenes no tuvieron el apoyo necesario, por lo cual no pudieron, nunca, estudiar una carrera profesional, seguir una carrera universitaria, para poder ser alguien en la vida.

Una buena solución brindar becas universitarias, o para ciertos institutos, para que miles de jóvenes, en lugar de estar drogándose o tirando piedras o pensando, como sucede progresivamente, en tener en algún momento algún arma, tomen conciencia de que la dignidad que tienen como personas les pide que se esfuercen para poder ser personas orientadas y que puedan orientar, y no ser personas perdidas en la nada. Ahora, podría venir una duda: si bien yo digo que cada persona tiene su llamado particular, ¿cómo personas como ellos, que tienen un nivel muy bajo de cultura que, por consiguiente, hace que no tengan una noción, al menos, de sus derechos y deberes, van a poder saber qué es lo que quieren hacer en su vida? En sí, ¿cómo es que sabrán qué estudiar?

Creo que para eso es necesaria una participación directa del Gobierno para poder generar diversas actividades, tanto informativas como orientadoras. Así, no sé, se me viene a la mente, por ejemplo, que un grupo de periodistas hagan una actividad: "¡SÉ PERIODISTA POR UN DÍA!". ¿Creen que eso no ayudaría? ¿Creen que no jalaría a muchísimos jóvenes? Sobre todo aquellos más discriminados.

Esos jóvenes, en el fondo, buscan integrarse a la sociedad, ser reconocidos, que se les conozca, que sepan que existen, pues se sienten desolados, abandonados, desconocidos por el resto, como unas lacras que andan por ahí. Esto porque su familia es una escuela de la violencia, o por diversos motivos. Busquemos que estos jóvenes respondan a quienes son y no que sean conformistas.

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