domingo, 30 de enero de 2011

Escuché Tu Voz


Escuché que me llamabas y me sorprendí. Miedo sentí. ¿Quién será?, me pregunté. Y es que nunca había escuchado una voz tan dulce, tan tierna. No quise asomarme. Pero en el fondo sí que quería. Lo anhelaba, lo necesitaba. Me asomé y te vi. Eras Tú, ahí estabas. Contento, feliz, esperando sin dudar. Te abrí y cené contigo y Tú conmigo. ¿Quién soy yo que me vienes a buscar?, te pregunté. Tu respuesta: "Mi hijo amado, mi predilecto".

Oh, Dios de mi alma, que siempre te abra las puertas de mi hogar...sin dudar.